Hace unos cinco años una colega, gran astróloga, me dijo de forma muy vehemente que tenía que estudiar Ceres. Le contesté que con los Top 10 del sistema solar tenía más que suficiente.

Hace una semana, no sé por qué mi instinto me hizo meterme en este tema. Empecé por la base, consulté “Los Mitos Griegos de Robert Graves” e “Historia de las Creencias e Ideas religiosas” de Mircea Eliade, por si en aquellos años de niño en que adoraba la historia y mitología griega (incluso podía dibujar de memoria un mapa esquemático del Egeo) se me perdió lo que pude estudiar de Deméter, versión griega de Ceres. Y en estas andaduras estaba, tratando de encontrarle al planetoide un significado entre Mercurio en Virgo y una versión doméstica del gran Apolo (inspiración muy inspiradora del mismísimo Paracelso) cuando un colega, después de haber visto uno de mis webinars en el que puse una carta natal con el glifo de Ceres, me llamó para que lo ayudara con algunos de sus consultantes que le hacían en esencia, cada uno a su manera la siguiente pregunta: “Y ahora, ¿crees que Ceres me dará la respuesta a mis problemas?”

Me recordó otra obra de referencia del rumano Eliade, “El Mito del Eterno Retorno”, en la cual se explica la creación de esperanzas por la llegada de una fecha importante, año nuevo, cumpleaños, etc. Creación inútil de esperanzas porque la gente seguimos funcionando igualmente como autómatas, es decir sin cambiar ninguno de nuestros hábitos adquiridos. En otras palabras, tendría sentido celebrar el año nuevo y llenarlo de buenas esperanzas si nos decidiéramos a danos cuenta de la cantidad de hábitos tóxicos producidos por miedos inútiles en la que estamos aprisionados, y tal celebración viniera acompañada por la firme decisión de hacer las cosas de forma diferente. Pero seguimos igual.

Recuerdo de jovencísimo las discusiones que tenía con mi madre cuando decía que “ahora que entramos en la Era de Acuario todo va a salir bien y la humanidad va a ser solidaria y nos amaremos los unos a los otros…”, yo le replicaba que acuario también tiene sus enormes defectos, como cualquier otro signo, y las guerras no se van a terminar.

Le respondí a mi colega que yo contestaria a sus consultantes que las cosas pueden mejorar si entendemos bien la carta y nos aplicamos a cambiar hábitos tóxicos, agarres esclavizantes, autoengaños, mirar hacia otro lado cuando el problema lo tenemos delante, etc., y para todo ello nos bastan y sobran los 10 cuerpos celestes con los que trabajamos, Sol, Luna y los ocho planetas principales, sus aspectos, regencias, estados cósmicos, etc.

En otras palabras, si no somos capaces de aprovechar esta ciencia, la astrología varias veces milenaria, en sus claves de interpretación clásica ¿qué podemos esperar de ese pequeño planetoide recién descubierto? En mi opinión el error es crear un nuevo dios, avatar, salvador del mundo, mesías, etc.  esperando que la mejora nos venga de fuera sin mover un milímetro nuestras actitudes para darnos cuenta de nuestros errores y modificar nuestros hábitos petrificados.

Juan Trigo

Septiembre 2023