Si nos asusta demasiado el adjetivo “Bipolar” podemos llamarle de forma más amigable con el eufemismo de “Dual”. Es lo mismo, pero no lo parece.

Cualquier cosa, actitud, acontecimiento, etc., siempre tiene dos caras, A y B, Positivo y Negativo, Bien y Mal, etc. Siempre.

En palabras de mi maestro Vicente Lupo: Cada ventaja viene acompañada por SU propio inconveniente”.

Por lo tanto, cuando nos ocurre una desgracia, tragedia o díganle como quieran, temeos dos opciones, quejarnos, que es lo que hacemos siempre y no sirve para nada, o aprovechar por lo menos esa parte del diablo, para que tal tragedia tenga algo útil.

El sustantivo “Esperanza” deriva del verbo “Esperar”, que también puede invitar a dos opciones, esperar a que la solución caiga del cielo, o actuar.

William Blake (vidente inglés del siglo XVIII) lo decía menos preciso: “Todo lo existente manifiesta su presencia en constante contradicción”

Nos acompaña el dolor y el miedo como inseparables compañeros de camino. ¿Por qué no aprovechar su lado útil?: recordar, aprender, utilizarlos como herramientas de autoanálisis. Ya que no hemos podido evitar la causa del dolor, por lo menos aprendamos algo para que la próxima vez no nos coja tan inocentes.  

Finalmente, todo se resume a un acto de voluntad. Es decir, empaquetamos en nuestra mochila los miedos antiguos y sus versiones actuales y seguimos andando. El truco para evitar el típico viaje a ninguna parte es dirigirnos hacia adentro, a nuestro interior, ya que afuera no hay nada más que interminables galerías de espejos.

Juan Trigo

Septiembre 23