
Mis alumnos a veces se sorprenden cuando en algunos puntos técnicos, como encontrar el planeta dominante, decidir si un planeta se expresa por la casa siguiente cuando el orbe técnicamente es demasiado grande, etc., me quedo con la duda y uso esa duda como motor de búsqueda. Yo trato de razonarles que la vida es un puro misterio de la que solamente podemos ver, de refilón, un dibujo de una foto borrosa de la punta del iceberg.
La angustia por desvelar el misterio o vivir en él, constituyen la esencia del equilibrio en la búsqueda de la iluminación, que es el terreno de nuestro Camino. Agarrarse a certezas a cualquier precio ha creado desde el Paleolítico los múltiples e inútiles sistemas de creencias, y el miedo inculcado desde la presión cultural sigue forzando a la persona a buscar seguridades. ¡Santa Inocencia! Los marinos saben muy bien que cuando salen a navegar las certezas son puramente teóricas, puesto que el mar es tan impredecible como incontrolable… Como la vida misma.
La percepción intuitiva de los símbolos de una carta natal y sus interacciones, que es la base del camino de su interpretación, podría explicarse como una navegación por cosmos, que es un inmenso océano, al fin y al cabo. Y en la tarea de interpretar una Carta Natal somos como marinos que zarpamos del puerto seguro de nuestra ignorancia para adentrarnos hacia quién sabe que tempestad o calma absoluta no esperan. Quedarnos con aquellas certezas que nuestra intuición ha proveído en un momento dado, es útil, como también no renunciar a las incógnitas ni pasarlas por alto, porque, al igual que cualquier pregunta, son portales al descubrimiento de lo que hasta ese momento desconocemos.
Yo digo siempre a mis alumnos que, al igual que la vida está hecha de momentos, tan inciertos y discontinuos como la teoría de los quanta, la interpretación que hacemos hoy nunca será la misma que la que podemos hacer mañana o al cabo de un año sobre la misma Carta Natal. Este es el poder y la belleza del misterio, que nos acompaña siempre, como una amante tan peligrosa como reconfortante, por más miedo que le tengamos.
Al entrar en cualquier Carta Natal lo hacemos como a una selva amazónica, atraídos por su exuberancia, pero temerosos de caer en sus arenas movedizas. Es como el miedo a la propia vida; no hay más remedio de reconocer y continuar.
Juan Trigo
Noviembre 2020
Así es Juan, la vida misma es “el misterio” a descubrir; entregándonos a la Divina Providencia!
Como dices Tú siempre siguiendo y “buscando” y “tal vez encuentres”…
Cariños.
La vida misma me impulsa a seguir buscando.
Dice un aforismo sufi atribuido a Saadi: “Oh, mortal que buscas el misterio!! Apresúrate antes de que la vida te sea arrebatada.”
Me parece tan acertado.Gracias.
Gracias Noelia por visitar mi web.
Cariños
Hola Juan! Uno no se baña nunca en el mismo río no? Uno lee un libro y presta atención a ciertos temas o detalles y luego de un tiempo vuelve a leerlo y subraya otras cosas que le llaman la atención. Es una apertura continua. Cambiamos todo el tiempo y en ello está la belleza y el desafío de esa selva exuberante. En estos momentos con la entrada en breve de Saturno y Júpiter a Acuario, mas que nunca debemos dejarnos ir, con principio de realidad siempre, y ver donde nos lleva este camino selvático, que será en comunidad!
Que gusto Graciela que aparezcas por aqui y qyé razón tienes con tus pronósticos acuarianos para el mes que viene.
Abrazos