
Si queremos seguir el deporte mundial de mirar para otro lado cuando tenemos el problema dente de muestras narices, es nuestra elección; nada que decir. Pero…
Esta muy estudiado, pero poco asimilado el hecho de que en los primeros 5 a 6 años de nuestras vidas el neocórtex sigue creciendo y las conexiones sinápticas provocadas por estímulos exteriores se realizan por primera vez y por lo tanto son muy fuertes. Tanto, que ese personaje que llamamos el “niño interior” nos acompaña toda la vida. El negacionismo en este punto es comprensible porque crecimos bajo la tutela de una educación para el éxito y por tanto tenemos miedo a fallar, no sabemos bien a quien, aunque asignamos destinatarios rápidamente: nuestros padres, parejas, Estado, etc. Nos pasamos la vida negando lo evidente, porque necesitamos exageradamente creer en espejismos de sociedades brillantes y maravillosas, cuando nuestro instinto nos va diciendo insistente aunque silenciosamente, que esas glorias terrenales solo son espejismos temprales: “Sic Transit Gloria Mundi”.
Mirar para otro lado apuntándonos a la adicción de la estrategia del avestruz, nunca ha resuelto y mucho menos entendido ningún problema. En palabras de William Blake: “Que difícil es que la gente entiendo y no solamente trague actos de fe”.
Entender, sinónimo de lo que llaman “Iluminación”, permite gestionar los traumas infantiles de la mejor manera posible. I ese entender pasa por darnos cuenta que esos traumas no desaparecen, sino que como el dolor profundo o el miedo atroz nos acompañan como fieles guardianes, toda la vida, precisamente para que no olvidemos.
Juan Trigo
Octubre 2023
Partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos y llegamos
al tiempo que fenecemos; así que cuando morimos descansamos.
Jorge Manrique…
Que tanta Gloria mundana ?!
Gracias Madelu,
Jorge Manrique genial!!!
Abrazo