Traducción. «Me conduces tan cerca de ti hasta que siento que tu eres yo».

Proverbio que se atribuye a Mansur Al-Hallaj místico y poeta persa del siglo IX de la Era cristiana, uno de los pocos mártires del mundo sufí, que fue ejecutado por insistir en decir que él era Dios.

En parte tenía razón, porque todos llevamos a ese pálpito que llamamos Dios dentro de nosotros, pero tal vez lo expresó de forma demasiado desafiante. La gran mayoría de los poetas persas hablan de Dios habitando en nuestro interior. En términos no tan absolutos, podríamos decir que cuando andamos por la vida abriendo la mente y deseando cada vez menos apegos oímos claramente ese sonido de fondo que es el propio universo o Dios o como quiera llamársele.

Un ejemplo del efecto espejismo del que hablan los hindúes llamándolo Maya lo podemos encontrar en la creación de las constelaciones. El ser humano prehistórico, en lugar de usar el sentido común y por ejemplo darse cuenta de lo que podía comprobar, lo cotidiano, lo que podía encontrar en de la tierra para beneficio de su propia vida, se distrajo nombrando y organizando el cielo… a los navegantes babilonios y griegos les habría bastado seguir la Estrella Polar sin necesidad de montar aquella cúpula artificial de las constelaciones, pero el cerebro humano necesita más y más… precisamente por su incapacidad ancestral de entender lo que tiene a mano. La angustia existencial, motor de la ambición autodestructiva, se origina en la insatisfacción permanente del ser humano, y ésta no es más que hacer caso a sistemas de creencias en lugar de lo que nuestros sentidos ven y tocan.

Es lo que leemos en los Diálogos de Krishnamurti y David Bohm relativo a la época en que la humanidad torció su rumbo, probablemente hace 50.000 años, coincidente al parecer con la desertización del Jardín de la Hespéridas en el Sahara. Las forzadas emigraciones provocaron apropiarse por la fuerza de los territorios habitados por otros seres humanos, en lugar de tratar de compartir sus conocimientos a cambio de un lugar donde vivir.

Juan Trigo

Septiembre 2022